|
||
(Folio 192 recto (2)) ... invitó a Santiago y a Juan, te rogamos nos hagas sentar a la parte derecha de tu reino a los que quisiste hacernos partícipes del mismo cáliz, por el mismo...
(1) En este canto Ad honorem Regis summi es lo único que en el Códice se atribuye al sacerdote Aimerico Picaud, fuera de su participación en la donación del mismo a Santiago, según la carta papal que viene después. Era un canto de marcha compuesto en el metro apropiado, clásico desde la época romana: versos septenarios trocaicos o "quadratos" con rima bisilábica átona de dos en dos; en la edición latina y la traducción van divididos en hemistiquios de cuatro pies y tres y medio, u ocho y siete sílabas. En el Códice sólo quedan los ocho versos que forman las dos primeras estrofas y los de la primera con la música, pues falta el folio 191 que contenía las nueve restantes. El poema resume primero la vida, martirio y traslación del Apóstol y después los veintidós milagros del Libro II por su orden y, por tanto, Aimerico debió tenerlos a la vista al componerlos. Para las exclamaciones del verso final véase la nota al canto siguiente: "Cuando aquel buen Padre". El folio perdido contenía también, probablemente, la prosa Festa digne, con la rúbrica de envío al fin del libro y juntamente con el himno anterior, así como una misa en honor de los apóstoles Santiago y San Juan de la cual queda un resto en el folio 192.
(2) Estas líneas pertenecen a la oración de postcomunión de la misa mencionada al final de la nota anterior.