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El Señor instituyó en este mundo tres columnas muy necesarias para el sostenimiento de sus pobres, a saber: el hospital de Jerusalén, el de Mont-Joux (1) y el de Santa Cristina, que está en el Somport.
Estos tres hospitales están colocados en sitios de verdadera necesidad; son lugares santos, casas de Dios, reparación de los bienaventurados peregrinos, descanso de los necesitados, consuelo para los enfermos, salvación para los muertos y auxilio para los vivos.
Así, pues, quien quiera que haya levantado estos lugares sacrosantos poseerá sin duda alguna el reino de Dios.