Los ídolos e imágenes que encontró entonces en España los destruyó completamente,
excepto el ídolo que hay en tierras de Andalucía y que se llama Salam
de Cádiz (1). Cádiz
se llama propiamente el lugar en que se halla: Salam
en lengua arábiga quiere decir Dios.
Dicen los sarracenos que este ídolo lo fabricó personalmente Mahoma,
a quien ellos adoran, durante su vida, como símbolo suyo, y escondió en él
con su arte mágica una legión de demonios que con tanta energía lo poseen,
que nunca ha podido ser roto por nadie; pues cuando se le acerca algún sarraceno
para adorar o rogar a Mahoma, queda incólume.
Si se detiene sobre él cualquier ave, muere instantáneamente.
Hay, pues, en la orilla del mar una antigua piedra, hermosamente labrada con
labores arábigas, y que sobresale de la tierra grande y cuadrada por abajo,
estrecha por arriba, tan alta cuanto suele elevarse el cuervo en el aire,
y sobre la que se alza la imagen aquella, de excelente bronce, tallada en
forma de hombre, enhiesta sobre sus pies y que, orientada al mediodía, tiene
en su mano derecha una enorme llave. Y esta llave, como los mismos sarracenos
dicen, caerá de sus manos el año en que nazca en la Galia el futuro rey, que
en los últimos tiempos, subyugará a las leyes cristianas toda la tierra española.
En seguida que vean la llave caída, huirán todos, tras esconder en tierra
sus tesoros.
(1) |
Esta estatua
se trata de una antigua torre, seguramente fenicia, y análoga
a otras semejantes, como la de Hércules
en La Coruña, cuya misión era servir de guía a
los navegantes. Sugiere Dozy que la torre
gaditana, coronada por una estatua, es una de las columnas de Hércules,
tantas veces citadas, y que sólo han sido descritas por autores
árabes y por el Pseudo-Turpín.
En cuanto a la voz árabe salan por
sanam, significa "ídolo".
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