(1)
De Mosteriolo el que está en la orilla del mar a Santiago,
un tal Fucón venía y era la décima vez.
Y cuando en Burgos estaba durmiendo, el Apóstol por quinta
vez le visita en sueños para alegrarle el alma.
Dios te guarde, le dice, hermano, yo soy el Apóstol;
visitarás mi santa tumba hasta trece veces.
Luego, signándome, dióme a beber de un vaso de piedra
una bebida dulce que me despierta al punto.
Es así como marca sus huellas el Santo Patrono
y para dar alivio a peregrinos luce.
Ya mereció Compostela del cielo por eso sin duda
ser el depósito fiel de tan preciado cuerpo;
pues que testigo Santiago bendice ciudad y sepulcro,
y ante el sepulcro tales hechos refiere Fucón.
Esto fue realizado por el Señor
y es admirable a nuestro ver.
Santo patrono Santiago, henchido
en la fuente divina,
llénanos el corazón, sacra bebida apresta;
y pues radiante de luz celestial iluminas el cielo,
muestre a tus peregrinos esa tu luz la vía;
o estimulándonos, pues, el Señor con vino sin mezcla,
llanto nos hace beber con que nos lava el lodo,
mida el camino con lágrimas la de caminos medida
y de David la fuente nuestra inmundicia lave.
Copa por tanto feliz la que purga el alma de sombras,
más feliz sueño el que ve cómo despierta vela.
(1)
P.David
llama a este peregrino Foulques de Montreuil,
nombre de lugar éste bastante repetido en Francia y procedente
de Monasteriolum.