Danos refugio en el último juicio,
y que con Dios que no tiene principio,
y con su Hijo que no tiene término,
y con el de ambos salido Paráclito,
fuera del tétrico pozo tartáreo,
juntos al coro santísimo angélico,
limpios de culpa, ya dueños del gozo,
en recompensa y por ti conducidos,
al paraíso lleguemos con votos
píos.

(1)

Esta composición consta en latín de versos de seis o siete sílabas, de ritmo yámbico o trocaico y rima imperfecta, asociados de dos en dos como hemistiquios de versos dobles, según aparecen traducidos.