(1) Al Rey de la eterna
gloria
un cántico de alegría,
que el premio de su victoria
dió a Santiago en este día.
(1)
Gauterio
de Châteaurenault repite la composición
final del Libro I, capítulo
XXXI, atribuída allí a un doctor gallego que también
compuso el tenor de la música, al cual este maestro le añadió
el discanto que aquí figura.